¿Alguna vez te has preguntado si lo que haces tiene sentido?
¿Cómo dar marcha a la idea que tienes? Una vez que hayas visualizado el plan de negocio, establecido las metas concretas, desarrollado el cronograma de trabajo y estés completamente enamorado de tu proyecto, debes ser más objetivo que nunca. Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones, sentimientos e impulsos, y claramente pueden perjudicar la visión de nuestro negocio. Recuerda que las personas que no son objetivas creen solamente en ellas mismas, sin consultar a sus aliados o clientes, confunden la realidad con sus propios deseos y creencias.
La objetividad es observar los problemas y las situaciones desde todos los puntos de vista posibles. Por eso, necesitas una buena comunicación con tus colaboradores. Cada opinión es fundamental, ya que tú equipo es experto en su área de trabajo y pueden nutrir tus perspectivas en gran manera. La capacidad de comunicación es una de las “soft skills” (habilidades blandas) más importantes para relacionarte con los grupos de interés que interactúan con tu empresa. Escucha atentamente, de esta forma, tomarás la decisión más acertada para tu negocio.
Volvamos a la historia que les venía contando: Ya había estructurado mi restaurante. Había hecho la tarea de identificar las necesidades de mis posibles clientes, aunque pequeña, había hecho una investigación de mercado para avalar el concepto e incluso empecé a conformar mi equipo de trabajo, busqué un chef profesional para hacer el menú del restaurante y un bar tender para los cócteles. Sin embargo, la investigación debe estar acompañada de un grado de ingenio y creatividad, como decía Steve Jobs: “Es realmente difícil diseñar productos solo basándose en Focus Groups, muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo muestras”.
Es fácil para un emprendedor emocionar a sus colaboradores, impregnar la pasión que ha generado en él la motivación de emprender un negocio. El emprendedor suele tener la magia para expresar sus ideas e ilusionar a quién lo sigue, esta magia bien implementada es el punto de partida, pero no el único ingrediente para una receta exitosa, debes además enamorar al público de tu producto, ver las tendencias, innovar a través del servicio y los procesos, sobre todo en el momento actual de coyuntura donde la mayoría de los negocios están digitalizándose. Sin embargo, para el momento no habíamos hecho estas reflexiones, y las cosas no sucedieron como quisimos.
Esta ilusión fue desmoronándose al revisar los números de inversión y compararlos con nuestra cuenta bancaria, corroboramos las cifras: aproximadamente el 75% de las Pymes(Pequeñas Empresas) que se emprenden cada año no llegan a los primeros dos años de vida y del 20% restante, solo un pequeño porcentaje llega al quinto año y aún un menor porcentaje llega a los 10 años.
El mundo en los restaurantes no solamente es competitivo, sino que necesita de una gran inversión, de un capital para mantenerlo a flote, y de experiencia para ser exitoso, de hecho, según los registros de Cámara y Comercio, 2 de cada 3 microempresarios inician su negocio sin previa experiencia y esto es determinante en la realización de sus sueños.
Fue en ese momento, después de tanto esfuerzo, que decidimos como familia no continuar, la idea no solamente se llevó nuestros recursos económicos, sino la esperanza de ver el fruto de mucho trabajo.